martes, 19 de agosto de 2008

TRATAMIENTO TROMBOLITICO

Un trombolítico, o disolventes de coágulos, son actualmente los fármacos fundamentales en el tratamiento precoz del infarto de miocardio. Estos fármacos disuelven los coágulos, o trombos, responsables de la obstrucción arterial y subsecuentemente de la isquemia cardiaca. Cuanto antes se administren, preferiblemente durante las tres primeras horas del infarto, menor es la tasa de mortalidad. De hecho, un análisis de diversos estudios sugirió que la administración de trombolíticos en la ambulancia podría reducir el riesgo de muerte a un 17%. (No todas las personas con dolor en el pecho tienen un infarto, y no todos los pacientes con infarto son candidatos al tratamiento con trombolíticos). La administración de estos fármacos más de 12 horas posteriores a los síntomas no ha mostrado beneficios.

Trombolíticos específicos. El tratamiento trombolítico estándar actual es la tPA o alteplasa (Actilyse). Según un estudio comparativo, era el más eficaz en restablecer el flujo sanguíneo, seguido de la reteplasa, uroquinasa y finalmente la estreptoquinasa. Otros incluyen a la lanoteplasa, anistreplasa y, el más nuevo, tenectaplasa.. (La tenectaplasa puede liberarse más rápidamente que la alteplasa, aunque hasta la fecha, la tasa de supervivencia es similar).

Régimen trombolítico. Un agente trombolítico, el más frecuente alteplasa, se administra habitualmente con heparina intravenosa, un agente anticoagulante. (La heparina, como la aspirina, no puede destruir los coágulos existentes pero puede prevenir que se vuelvan a formar tras su ruptura).

Complicaciones. Una embolia hemorrágica, usualmente ocurre durante el primer día, es la complicación más seria del tratamiento con trombolíticos, pero afortunadamente es rara. La estreptoquinasa administrada sin heparina presenta el menor riesgo (aunque es menos eficaz que otros tratamientos en reestablecer el flujo sanguíneo).

Candidatos. Los mejores candidatos para el tratamiento con trombolíticos son los siguientes:

  • Adultos menores de 75 años con segmento ST elevado o signos de bloqueo de rama ( el ECG muestra una interrupción en el sistema de conducción eléctrica cardíaco). Los síntomas han aparecido en 12 horas. Los beneficios incluyen a las personas que cumplen esta descripción y presentan diabetes, una presión sistólica menos de 180 mmHg, cualquier frecuencia cardíaca , o historia de infarto.

El empleo de trombolíticos en los siguientes pacientes debería evitarse o hacerse con gran precaución:

  • Personas mayores de 75 años. Un estudio del 2000 sugirió que su riesgo de muerte era del 38% más alto que en pacientes de este grupo de edad que no habían recibido este tratamiento. Existe un elevado en este grupo de pacientes mayores incluso si están sanos.
  • Los pacientes con un segmento ST elevado cuyos síntomas continúan más de 12 horas.
  • Los pacientes con infarto con segmento ST no elevado. (Son necesarios más estudios para confirmarlo).
  • Mujeres embarazadas.
  • Personas con historia reciente de traumatismo ( especialmente traumatismo craneoencefálico) o cirugía.
  • Personas con úlcera péptica activa.
  • Pacientes que han sufrido una reanimación cardiopulmonar prolongada.

Los trombolíticos no deberían administrarse en los siguientes pacientes:

  • Pacientes con historia reciente de sangrado importante.
  • Pacientes con segmento ST deprimido.
  • Pacientes con historia de embolia. (Pacientes seleccionados que han sufrido una embolia no reciente podrían beneficiarse de estos fármacos, pero son necesarias más investigaciones para confirmarlo).
  • Pacientes con hipertensión arterial no controlada.

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